Por todo el mundo es conocido el efecto relajante que genera el llorar. No puede ser de otra manera ya que llorando liberamos una gran cantidad de endorfinas que nos hacen sentir bien.
Las endorfinas actúan como neurotransmisores producidos por el organismo en respuesta a varias situaciones, entre las cuales se encuentra el dolor. En este sentido, puede considerarse que son analgésicos endógenos, puesto que actúan inhibiendo la transmisión del dolor.
En el plano emocional provoca la incentivación de sensaciones de placer, de alegría, de bienestar e incluso de euforia. Modificación de la percepción de las cosas que deja atrás visiones depresivas o tristes en situaciones de interacción con el mundo.
Liberar endorfinas llorando y desahogándonos fue la única forma que conocían nuestros antepasados, y hoy día es la forma más natural y efectiva para sobrellevar el día a día; des de una pena puntual, hasta grandes tragedias e incluso enfermedades mentales que la medicación no resulta efectiva.
Las endorfinas actúan como neurotransmisores producidos por el organismo en respuesta a varias situaciones, entre las cuales se encuentra el dolor. En este sentido, puede considerarse que son analgésicos endógenos, puesto que actúan inhibiendo la transmisión del dolor.
En el plano emocional provoca la incentivación de sensaciones de placer, de alegría, de bienestar e incluso de euforia. Modificación de la percepción de las cosas que deja atrás visiones depresivas o tristes en situaciones de interacción con el mundo.
Liberar endorfinas llorando y desahogándonos fue la única forma que conocían nuestros antepasados, y hoy día es la forma más natural y efectiva para sobrellevar el día a día; des de una pena puntual, hasta grandes tragedias e incluso enfermedades mentales que la medicación no resulta efectiva.